miércoles, 30 de noviembre de 2011

Jahecha (Un día para observar)

Con este primer post queremos presentarles nuestra experiencia en el distrito de General Morínigo del Departamento de Caazapa, al cual hemos acudido para conocer más acerca de la cultura, estilo de vida y vivencias de los habitantes de esta zona.
Como parte del proyecto, estuvimos visitando La feria  de ¨Mujeres Productoras del distrito de General Morínigo¨,  con  las cuales trabaja Acción Contra el Hambre en Paraguay. Estas mujeres además de ser muy amigas,  han creado una asociación para vender sus productos. La feria está ubicada sobre la ruta principal que cruza por la ciudad.
Se levantan muy temprano; todos los martes, jueves, y sábados para vender sus productos, principalmente: locotes, perejil, lechuga, tomate, zapallito, repollo, porotos, bananas, piñas, naranjas, melones y el tan codiciado queso Paraguay.  Además de tener esta opción como una entrada de ingresos familiar, también se  beneficia toda la familia a través del consumo de sus propias producciones.
 Delia Dávalos, una de los productoras de la feria sostuvo “sin trabajo pasamos muchas necesidades… ahora estoy feliz de trabajar y estar acá”. En nuestro recorrido pudimos visitar su huerta. En esta particular plantación, que tenía menos de una hectárea. Mencionó que con solo dos horas al día de trabajo ya era posible cosechar.
Las Mujeres Productoras reciben asistencia técnica de la Municipalidad de General Morínigo junto con la ONG Acción Contra el Hambre. Dichas organizaciones se encargan suministrar semillas y enseñar a cultivar adecuadamente. Cada semana esta organización se reúne para evaluar sus producciones y aprender acerca del control de sanidad de sus respectivos cultivos.
 “Los agricultores suelen trabajar con transgénicos por que no quieren carpir en la tierra”, mencionó Armando Rojas, personal de la Municipalidad del Distrito de Gral. Morínigo que trabaja en conjunto con los pequeños productores.
Cada familia campesina son pequeños productores y emergentes empresarios. En promedio, la agricultura familiar campesina cuenta con dos hectáreas para su uso cotidiano.


Autora: Patricia Bazán